DONDE RADICA LA VULGARIDAD DEL PEATÓN…
DONDE RADICA LA VULGARIDAD DEL PEATÓN…
Tras varias semanas de andar sin frenos por la vida, convirtiéndome en uno de los tantos animales selváticos que representan la fauna del transporte dominicano, pues mi habilidad frenando con el BRAKE me puso en riesgo en varias ocasiones, además de la constante “cantaleta” de mami al enterarse de la noticia, por lo que me vi en la obligación de llevar a Poncho Rodríguez a su médico de cabecera para que le diagnosticara y resolviera su problema. Niño (mecánico) hizo su magia, me entregó a mi hijo mayor “ready” pa´la lucha del día a día, pero me percaté de un problemita mayor, tenía la marcha más acelerada que la dueña, aun estando en PARKING o en neutro, pero no le di importancia, pues ya frenaba como la gente “normal”.
Pasaron par de días y otro dilema de mayor envergadura surgió: el aire acondicionado que en condiciones normales no es muy religioso, se mostró muy holgazán, queriendo parecerse más a un abanico español agitado por una persona con el Síndrome del túnel carpiano que un acondicionador de ambiente standard, sin dar fiel cumplimiento a sus funciones básicas (HDP).
El pasado martes me dirigía de extremo a extremo a cumplir mis labores, cuando me detuve en el parqueo del Centro médico en cuestión, para deshacerme del brillo de la cara con un poco de maquillaje, cuando aparece de repente un señor tocándome el cristal, indicándome que mi carro se quema, no me inmuté pues no olía a fuego, pero cuando alcé la vista, vi el “humazo” saliendo de la parte delantera, a lo que sin mucha presión, apagué, me bajé, tomé mis cosas y lo dejé enfriarse el solito.
Estuve alrededor de dos horas realizando mis obligaciones, me dirigí donde mi “rojito” tan fiel y paciente con su propietaria quien no le apreciaba en su justa medida, hasta que se dio cuenta que se vería precisada a hospitalizarlo pues su enfermedad era de gravedad, moría de fiebre (quizás dengue vehicular),no le valió “COOLANT”, ni agua tindanga, le dio un solo calentón que por poco hace que su corazón (motor) se fundiera. Hoy le extrañé en cantidades astronómicas, pues al tomar conchos no tenía la libertad de escuchar en la radio lo que quisiera, aun Poncho sólo tenga 4 emisoras a las cuales ya estoy acostumbrada, además de estar super perdida porque no sabía los precios de los pasajes, por lo que la gente me miraba de reojo o con cara de: “y esta tipa, quién la patrocina?”, pero ya sé que son RD$25.00, tomé dos vehículos para llegar a mi destino y pude ser capaz de divertirme en medio de la adversidad, porque tomé una “voladora” con aire acondicionado también con tarifa de 25 pesos y me reía cuando el cobrador sacaba la cabezota por un pequeño cristal para vociferar la ruta, sin conseguir mucho público.
Llegué viva, trabajé, volví al ruedo pero esta vez subí donde por moral no debía, porque ese aparato gigantesco y nada concordante con RD, fue durante mucho tiempo objeto de mis criticas destructivas por su alto costo, EL METRO DE VILLA MELLA, ahí en la estación “Mamá Tingó”, pensé en la importancia del tren ( a mi conveniencia), subieron muchos usuarios, sentados, parados, advertí mucho en la gente, en la moda, pensé que los dominicanos no vestimos tan mal, sólo un par de detalles, nada de gravedad, una cristiana se dispuso a predicar la palabra, sufro de alergia a la “palabra”, saqué mis audífonos, oí Don Omar, Omega, Julio Iglesias entre otros, seguía pensando en que andar a pie no es tan catastrófico como parece, se hacen amigos, se habla de política, religión, de la situación, de la vida en general, puedes palpar a la gente trabajadora, a los que estudian, a los que sueñan, a los que van pensando lejanamente en sus bemoles, a las personas con tanta bondad que no dudan en ceder la comodidad de sus asientos a un envejeciente o embarazada, hasta que la voz masculina de la grabación del metro que indica cada parada me sacó de mi trance mental entre la música y el llevar tantas vidas ajenas, indicándome que era hora de quedarme en la estación JOAQUIN BALAGUER, y supe que este día me hizo más optimista, quizás más humilde, más real sin tacones, maquillaje y greñas sueltas y me recordó aquellos días en los que no era poseedora de 4 rueditas número 12 y vivía de arriba para abajo montada en una OMSA, siendo casi siempre precursora y moderadora de cada debate político y de lo terrible que estaba la situación del país.
Todavía no me entregan a mi chico, tiene la vejiga malita, pero entiendo ahora lo importante que es para mi, la comodidad que me brinda aun no sea el mejor, el más moderno o el más confortable, el es mi segundo closet, donde están distribuidos la mayoría de mis zapatos, mis chaquetas, donde en cada trayecto por largo o corto que sea puedo meditar, no creo estar preparada para dejarle partir todavía, porque por el me volví a los tiempos de ser una VULGAR PEATONA y Dios sabe que lo disfruté.
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